¡Atlético se quedó con un clásico histórico!

El del pasado viernes por la noche en el gimnasio del Lobo fue por distintas razones un encuentro histórico, porque entre otras cosas, el Lobo y el Negro volvieron a medirse en primera tras 28 años. La última vez que se habían enfrentado en la máxima categoría había sido en 1993 por la liga local, en época de americanos en el básquetbol baraderense. Y también fue histórico y especial por el gran marco y clima que hubo (casi 250 espectadores se hicieron presentes), en un clásico para el recuerdo.

El partido, desde el primer segundo de juego se disputó con muchísima intensidad y con dientes apretados. El Negro se adjudicó el primer cuarto por 23 a 19.

En el segundo parcial continuó persistiendo en el trámite la intensidad y la paridad. El Lobo ganó el cuarto por 16 a 15 y Atlético se fue al medio tiempo 38 a 35 arriba.

Tras el descanso, ninguno de los dos equipos aflojó, ninguno regaló nada y con sus armas siguieron ofreciendo un gran espectáculo. El tercer cuarto culminó igualado en 22 puntos.

Y recién en el último cuarto se produjo un quiebre en el clásico, a favor de la visita, que aprovechó su mayor entereza física y algunas bajas por llegar a cinco faltas de jugadores importantes en el funcionamiento de Sportivo, cómo el caso de  Juan Pilucki. Atlético se impuso por 25 a 13, para el 85 a 70 definitivo.

Pese a que tuvo algunos pasajes con mucha efervescencia, el clásico entre Sportivo y Atlético terminó de la mejor manera, a pura cordialidad entre los protagonistas, en lo que fue una verdadera fiesta del básquet y el deporte de la ciudad.

Al Negro le quedan dos fechas en la fase regular de la Liga Debanba para saber cómo jugará la etapa definitoria (hasta ahora ganó todos los partidos), en tanto que El Lobo, más allá de la caída en el clásico, se clasificó al Final Four de la Zona B del torneo.

Galería del clásico

El reloj, uno de los protagonistas del clásico
Si algo le faltaba a un partido para el recuerdo es el protagonismo del reloj, que tuvo desperfectos en varios momentos del clásico, generando confusión, enojos y protestas de toda índole.

Y debido a los reiterados parates, se decidió de parte de los árbitros culminar el encuentro con el cronómetro de dos celulares y veedores.