Fue un partido muy disputado y equilibrado, que tuvo un expulsado por bando: Marcelo González en la visita y Miguel Manicler en el final, en Rivadavia.
Apenas pitó el final el árbitro Diego Oliveto comenzaron una serie de lamentables incidentes que dejaron un nuevo capítulo oscuro dentro del fútbol de la Alianza.
Primero hubo disturbios y golpes entre los jugadores dentro de la cancha que recrudecieron con el ingreso de un grupo de hinchas del Fortin y algunos hinchas de La Esperanza al campo. Agresiones entre ambas parcialidades y lanzamientos de diversos proyectiles, todo ante una alarmante inacción policial.
Un verdadero bochorno lo del final, que puede traer aparejadas sanciones para futbolistas e instituciones. En lo deportivo, el ascenso de La Esperanza y el descenso de Rivadavia, en que la segunda parte del año buscará recobrar la categoría.