Con su aplicación muy instaurada en categorías formativas, la gran duda es saber si el fútbol mixto es viable en etapas más profesionales dentro de este deporte.
Masculino, femenino y… mixto. Una de las grandes fortalezas del fútbol es su gran diversidad. Da igual la raza, la procedencia, la edad e incluso el género de quien lo juegue, aunque en ocasiones esto suponga un problema más allá del césped, en los despachos. El fútbol es fútbol en todas y cada una de sus variedades o géneros. En esta última cuestión o identidad se tiende a identificar dos tipos de fútbol: femenino y masculino (popularmente no suele llamarse masculino por su trascendencia histórica aunque así lo sea). Pero, ¿Dónde queda el fútbol mixto? ¿Es posible introducir esta categoría en la industria del fútbol? ¿Es viable o efectivo apostar por ella? El debate es complejo.
Sí que es importante destacar que esta categoría mixta, donde no se distingue por género sino por nivel, no aparece en la agenda social como un reclamo. Con el fútbol femenino aún peleando por abrirse paso en este deporte, en el que las barreras durante años han sido infinitas, quedan pocos esfuerzos para investigar o experimentar sobre el terreno si una categoría mixta es posible dentro de un marco profesional. Esta disciplina se encuentra muy asentada en categorías formativas e incluso hay algunos ejemplos puntuales, mayormente de mujeres, que han seguido en un club de distinto sexo más allá de las edades habituales en clubes de fútbol base. Sin embargo, estos casos quedan como meras anécdotas en los campos y en los medios de comunicación que se hacen eco de ellos y no se ajustan a la esencia o naturaleza del fútbol mixto.
Hablamos de situaciones puntuales, en las que el prototipo suele ser una mujer que pasa a formar parte de un equipos de hombres. Pero, ¿Es esto legal? ¿Puede una futbolista jugar al fútbol con hombres?. La respuesta nos la da Reyes Bellver, abogada especializada en derecho deportivo y socia Bellver Sports legal boutique. «Si se cumplen los requisitos para competir y no hay ninguna disposición que lo prohíba, se pueden dar ejemplos, como es el caso, pero yo no los veo como fútbol mixto. Las excepciones vienen dadas por el principio de igualdad que tienen que tener las competiciones y equipos, pero no representan al fútbol mixto», destaca en una entrevista para AS.
Bellver profundiza en la legalidad que ampara al hecho de que una mujer quiera entrar en un equipo masculino fuera de categorías de formación. «No hay ninguna disposición general que prohíba de manera expresa que una mujer pueda entrar en un equipo masculino si el club y la reglamentación territorial así lo permiten. Para mí es lo ideal. No prohibir el acceso, pero luego separar fútbol femenino y masculino», apunta Reyes, que señala que el fútbol mixto suele presentarse a nivel general, siempre con sus excepciones, hasta los 14 o 15 años.
«A partir de esa edad se segregan y sí que es verdad que las mujeres tienen menos oportunidades que los hombres, aunque eso también está cambiando con la aparición de cada vez más equipos femeninos», añade, tras exponer que la reglamentación del fútbol en general no se especifica nada sobre la categoría masculina en este deporte. Siempre han sido «futbol» y «futbolistas» sin distinción de género. Con el despegue del fútbol femenino, se introdujeron disposiciones adicionales a estas reglamentaciones en las que sí que se habla de género, aunque sólo se hace del femenino.
Por esta razón, puede que incluso sea más complicado que un hombre acceda a un equipo femenino que a la inversa. Esto se debe a que la regulación en esta última categoría hace alusión a jugadoras y remarca la presencia de género femenino en sus normas. Eso sí, todo dependerá siempre de los estatutos de cada territorio y club.
Fuente: as.com
